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Patrimonio cultural inmaterial
(138 resultados)
Elementos representativos de los patrimonios de las comunidades que habitan el territorio.
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Corresponde a aquellos usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que los colectivos, grupos o personas reconocen como su patrimonio cultural y se transmiten de generación en generación. En 2008 Chile ratificó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (Unesco, 2003), reflejo del compromiso estatal por fortalecer una comprensión más amplia de este acervo.
El Registro del Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile responde a las indicaciones que la convención hace a cada Estado Parte. Por ello, enumera y describe los patrimonios culturales inmateriales de las comunidades que habitan el territorio nacional y/o se encuentran en riesgo.
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Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musica...
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Pasacalles devocionales de la cultura chilota
Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musica...
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y ...
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y ...
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Circo tradicional en Chile
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y ...
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y ...
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Tradición oral Rapanui
Corresponde a manifestaciones artísticas, sociales y espirituales que ...
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Kai Kai de Rapa Nui
Es una práctica donde se arma una figura o “ideograma” entrelazando lo...
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Tradición de los dulces de La Ligua
Es una técnica artesanal de repostería de origen español, pero con pro...
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Fabricación y venta de tortillas de rescoldo de Laraquete
Tradición propia de la localidad de Laraquete en la comuna de Arauco, ...
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Pasacalles devocionales de la cultura chilota
Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musica...
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Pasacalles devocionales de la cultura chilota
Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musicales compuestas por feligreses del pueblo y de otros lugares que se reúnen para la celebración de las fiestas patronales de cada comunidad. Esta manifestación social y musical pertenece a la tradición cristiana, expresándose al interior de diversas localidades del área cultural de Chiloé desde la Región de Los Lagos hasta la Patagonia chilena y argentina. Las integran, hombres y mujeres de distintas edades, quienes son convocados por las instituciones comunitarias religiosas que de cada fiesta.Las bandas de pasacalles se originan con la llegada hispana al continente. Desde Europa viajaron músicos, trayendo melodías religiosas, marchas militares y el canto popular. Su origen no es tan claro, al menos, sabemos de la influencia religiosa y militar. A través de la evangelización católica (siglo XVI) y la instalación de las misiones en la Provincia de Chiloé, a cargo de los Jesuitas y los Franciscanos quienes introducen la música y los cánticos durante la Misión Circular de Chiloé (periplo anual donde los misioneros circulaban de pueblo en pueblo realizando la evangelización dejando a sus paso la enseñanza y la tarea en manos de las comunidades hasta la visita del próximo año). Desde lo militar, existe una relación toda vez que en las bandas de pasacalles se han utilizado los mismos instrumentos de las bandas militares, ejerciendo en ambos casos el rol de aviso sonoro, para las milicias para los efectos de avisar del combate o peligro, mientras que en el ámbito de lo religioso, para el anuncio de la fiesta del pueblo. El “Pasacalle” es música sin texto, que a lo largo de las décadas ha ido variando en la composición de los instrumentos. La música tiene una base rítmica compuesta por instrumentos de percusión: bombo o tambor, caja chica o redoblante y quijada. La base melódica está a cargo del acordeón y la guitarra española. Desde la primera parte del siglo XX la comunidad se apropia e integra el acordeón, quién toma protagonismo en detrimento de flautas y violines que casi han desapareciendo de las procesiones. Muchos de estos instrumentos eran confeccionados de manera artesanal y hoy son comprados en el comercio. No existe un modelo único de Banda, en tanto que la presencia de tipos de instrumentos, dependerán de los que estén disponibles en la comunidad y de los músicos convocados.El Pasacalle como pieza musical tiene variaciones en las melodías según localidades. En Calbuco y Puerto Montt, las variaciones están en el ritmo, pues la melodía es una sola. En Archipiélago de Chiloé, se aprecia una reducción del repertorio melódico, acentuando la influencia del pasacalle típico de la Fiesta del Nazareno de Caguach. Las Bandas de Pasacalles cumplen un rol fundamental en el ánimo de las fiestas de cada pueblo, son la sonoridad y alegría durante las procesiones en simultaneidad con el rezo de los gozos y el repique de las campanas de la Iglesia.
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Pasacalles devocionales de la cultura chilota
Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musicales compuestas por feligreses del pueblo y de otros lugares que se reúnen para la celebración de las fiestas patronales de cada comunidad. Esta manifestación social y musical pertenece a la tradición cristiana, expresándose al interior de diversas localidades del área cultural de Chiloé desde la Región de Los Lagos hasta la Patagonia chilena y argentina. Las integran, hombres y mujeres de distintas edades, quienes son convocados por las instituciones comunitarias religiosas que de cada fiesta.Las bandas de pasacalles se originan con la llegada hispana al continente. Desde Europa viajaron músicos, trayendo melodías religiosas, marchas militares y el canto popular. Su origen no es tan claro, al menos, sabemos de la influencia religiosa y militar. A través de la evangelización católica (siglo XVI) y la instalación de las misiones en la Provincia de Chiloé, a cargo de los Jesuitas y los Franciscanos quienes introducen la música y los cánticos durante la Misión Circular de Chiloé (periplo anual donde los misioneros circulaban de pueblo en pueblo realizando la evangelización dejando a sus paso la enseñanza y la tarea en manos de las comunidades hasta la visita del próximo año). Desde lo militar, existe una relación toda vez que en las bandas de pasacalles se han utilizado los mismos instrumentos de las bandas militares, ejerciendo en ambos casos el rol de aviso sonoro, para las milicias para los efectos de avisar del combate o peligro, mientras que en el ámbito de lo religioso, para el anuncio de la fiesta del pueblo. El “Pasacalle” es música sin texto, que a lo largo de las décadas ha ido variando en la composición de los instrumentos. La música tiene una base rítmica compuesta por instrumentos de percusión: bombo o tambor, caja chica o redoblante y quijada. La base melódica está a cargo del acordeón y la guitarra española. Desde la primera parte del siglo XX la comunidad se apropia e integra el acordeón, quién toma protagonismo en detrimento de flautas y violines que casi han desapareciendo de las procesiones. Muchos de estos instrumentos eran confeccionados de manera artesanal y hoy son comprados en el comercio. No existe un modelo único de Banda, en tanto que la presencia de tipos de instrumentos, dependerán de los que estén disponibles en la comunidad y de los músicos convocados.El Pasacalle como pieza musical tiene variaciones en las melodías según localidades. En Calbuco y Puerto Montt, las variaciones están en el ritmo, pues la melodía es una sola. En Archipiélago de Chiloé, se aprecia una reducción del repertorio melódico, acentuando la influencia del pasacalle típico de la Fiesta del Nazareno de Caguach. Las Bandas de Pasacalles cumplen un rol fundamental en el ánimo de las fiestas de cada pueblo, son la sonoridad y alegría durante las procesiones en simultaneidad con el rezo de los gozos y el repique de las campanas de la Iglesia.
07EPC-10
Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
07EPC-100
Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
07EPC-101
Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
07EPC-102
Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
07EPC-103
Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
07EPC-104
Tradición oral Rapanui
Corresponde a manifestaciones artísticas, sociales y espirituales que utilizan la lengua Rapa Nui para expresar la cosmovisión de este pueblo, su forma de comprender el universo y la naturaleza. Por ejemplo: bailes tradicionales y cantos ancestrales.
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Kai Kai de Rapa Nui
Es una práctica donde se arma una figura o “ideograma” entrelazando los hilos entre los dedos de las manos, ayudándose de la boca o pies. Se asocia a un relato recitado llamado pata’u ta’u. A través de esta tradición se traspasan los conocimientos sobre diversas áreas de la vida como las artes, la agricultura o la pesca, entre otros.
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Tradición de los dulces de La Ligua
Es una técnica artesanal de repostería de origen español, pero con producción de caña de azúcar e ingredientes locales, fabricada y comercializada en La Ligua. En el S. XIX se comercializaban los dulces en las estaciones de trenes mientras que desde el S. XX se comercializan en terminales de buses, carreteras y fábricas de dulces.Se compone por un conjunto de expresiones culturales asociadas a la producción y venta de los dulces que agrupa a un grupo de personas y genera continuidad social en los habitantes de la comuna, fortaleciendo procesos locales de identificación y cohesión colectiva. La transmisión de los conocimientos específicos se da en torno a la figura del maestro y el aprendiz y se potencia al ser una actividad comercial que permite su profesionalización y la generación de un oficio.Esta tradición responde a la continuación en el tiempo de técnicas artesanales de elaboración de una forma de repostería específica, que sintetizó en sus orígenes conocimientos de repostería española emplazados en los primeros azucareros instalados en Chile durante la Colonia. La tradición integró en la última década del siglo XIX su comercialización en rutas de viaje asociadas al tren y durante el siglo XX las rutas camineras, período en el cual se asoció una forma de venta típica.En la actualidad, la tradición se expresa en tres casas de elaboración de dulces, todas ubicadas en el casco urbano de la ciudad de La Ligua (Casa Elba, Patricia y Teresa), que se caracterizan por la producción de manjar en ollas de cobre y el mayor gramaje asociado a cada uno de sus dulces. La comunidad también la integran el grupo de fábricas de dulces de la ligua asociados en un gremio de productores, característicos por utilizar un gramaje medio y la compra de manjar. Finalmente la comunidad también se compone por los vendedores de Dulces de la Ligua, cuyos dulces utilizan un gramaje menor, compran su manjar y se comercializan a un precio menor.
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Fabricación y venta de tortillas de rescoldo de Laraquete
Tradición propia de la localidad de Laraquete en la comuna de Arauco, región del Biobío, con más de cien años de antigüedad, consistente en la preparación y venta de un sándwich hecho de tortilla de rescoldo rellena con mariscos de la zona. Las tortillas de Laraquete responden a una larga tradición culinaria familiar, en la que madres e hijas, nietas y abuelas, se vinculan en una práctica cotidiana con características productivas. En su preparación se unen memoria colectiva y antiguos saberes para lograr la textura, el color y el sabor que las caracteriza. Tanto la elaboración como la venta de este producto son llevadas a cabo por la agrupación de Palomitas Blancas de Laraquete. La preparación de la tortilla y sándwich representa en propiedad las características de la cocina de una comunidad emplazada entre el campo y el mar, reuniendo el producto campesino de las siembras y cosechas con el aporte de la recolección de litoral. Mantiene vigente una arcaica forma de cocer pan, mediante una técnica muy anterior a la del horno. Esta práctica se basa en el principio de la radiación térmica y opera mediante la liberación de calor de la arena que ha sido previamente calentada por una hoguera. En efecto, el rescoldo es la mezcla de arena y cenizas, sobre el cual se hace el fuego del hogar y que se mantiene encendido por varias horas. La cocción se realiza enterrando las tortillas crudas hasta que éstas alcanzan el punto de cocción. Una vez cocidas deben ser raspadas para eliminar de la superficie restos de arena y áreas retostadas. El resultado es un pan poco leudado, gustoso y de superficie crocante.El proceso productivo de estas tortillas urde técnicas de fabricación, preparación, presentación y forma de venta con conocimientos tradicionales, que son parte de una identidad local muy arraigada, resguardada como el patrimonio de un grupo de mujeres organizadas que sostienen una economía local y familiar basada en esta actividad. El valor patrimonial de este oficio es un ejemplo de organización y lucha por resistir los embates de la modernidad, adaptándose a los cambios y manteniendo un fuerte sentido de pertenencia y memoria local a través de su quehacer.
07EPC-109
Pasacalles devocionales de la cultura chilota
Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musicales compuestas por feligreses del pueblo y de otros lugares que se reúnen para la celebración de las fiestas patronales de cada comunidad. Esta manifestación social y musical pertenece a la tradición cristiana, expresándose al interior de diversas localidades del área cultural de Chiloé desde la Región de Los Lagos hasta la Patagonia chilena y argentina. Las integran, hombres y mujeres de distintas edades, quienes son convocados por las instituciones comunitarias religiosas que de cada fiesta.Las bandas de pasacalles se originan con la llegada hispana al continente. Desde Europa viajaron músicos, trayendo melodías religiosas, marchas militares y el canto popular. Su origen no es tan claro, al menos, sabemos de la influencia religiosa y militar. A través de la evangelización católica (siglo XVI) y la instalación de las misiones en la Provincia de Chiloé, a cargo de los Jesuitas y los Franciscanos quienes introducen la música y los cánticos durante la Misión Circular de Chiloé (periplo anual donde los misioneros circulaban de pueblo en pueblo realizando la evangelización dejando a sus paso la enseñanza y la tarea en manos de las comunidades hasta la visita del próximo año). Desde lo militar, existe una relación toda vez que en las bandas de pasacalles se han utilizado los mismos instrumentos de las bandas militares, ejerciendo en ambos casos el rol de aviso sonoro, para las milicias para los efectos de avisar del combate o peligro, mientras que en el ámbito de lo religioso, para el anuncio de la fiesta del pueblo. El “Pasacalle” es música sin texto, que a lo largo de las décadas ha ido variando en la composición de los instrumentos. La música tiene una base rítmica compuesta por instrumentos de percusión: bombo o tambor, caja chica o redoblante y quijada. La base melódica está a cargo del acordeón y la guitarra española. Desde la primera parte del siglo XX la comunidad se apropia e integra el acordeón, quién toma protagonismo en detrimento de flautas y violines que casi han desapareciendo de las procesiones. Muchos de estos instrumentos eran confeccionados de manera artesanal y hoy son comprados en el comercio. No existe un modelo único de Banda, en tanto que la presencia de tipos de instrumentos, dependerán de los que estén disponibles en la comunidad y de los músicos convocados.El Pasacalle como pieza musical tiene variaciones en las melodías según localidades. En Calbuco y Puerto Montt, las variaciones están en el ritmo, pues la melodía es una sola. En Archipiélago de Chiloé, se aprecia una reducción del repertorio melódico, acentuando la influencia del pasacalle típico de la Fiesta del Nazareno de Caguach. Las Bandas de Pasacalles cumplen un rol fundamental en el ánimo de las fiestas de cada pueblo, son la sonoridad y alegría durante las procesiones en simultaneidad con el rezo de los gozos y el repique de las campanas de la Iglesia.
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