Composición rectangular, orientación vertical, con la línea del horizonte baja. En el primer plano, en la parte inferior, tres personajes: en el centro, un hombre vestido al estilo oriental dormido en una ladera, delante de un árbol, a la izquierda; un hombre con hábito negro y las manos en actitud de oración, al fondo, una villa; una religiosa con hábito negro y blanco, manos en actitud de oración y, tras ella, un altar Cristo crucificado, libro y pluma con tintero. En el segundo plano, en el centro de la composición, ocupando gran parte de ésta y en un espacio dorado circular entre nubes: un obispo con mitra –tras la que destellan rayos-, báculo en la izquierda y una pluma en la derecha. Tras él, un angelito se dirige hacia la izquierda de la obra.