Obra de formato rectangular en orientación vertical. Pintura religiosa que representa la comunión de un hombre anciano. Al centro de la escena, un sacerdote, de pie, con calvicie, manto largo dorado, quien sostiene un platillo y una hostia. A su costado izquierdo, un acólito sosteniendo el copón que conserva las hostias consagradas. Frente al sacerdote, un hombre, anciano, de barba y pelo largo, canoso, torso desnudo, con manto rojo sobre los hombros, se encuentra sentado en el suelo, mientras está siendo cargado por un grupo de personas, todos varones de túnicas largas, que miran y acompañan la escena. A los pies del hombre un león amansado. Arriba, en la zona superior derecha, un conjunto de cuatro ángeles rubios, levitando desde una nube miran la escena. Finalmente, como entorno, un espacio cerrado, el interior de una Iglesia aparentemente y un ingreso con arco de medio punto donde se observa un paisaje natural a cielo abierto. Marco dorado.