Escultura realizada en madera tallada y policromada, que probablemente estuvo adosada a una pared o un nicho, Se representa una figura de culto y adoración, la Virgen María con el Cristo niño. Su representación es frontal, simétrica y hierática, con poca expresividad, que recuerda las imágenes románicas de herencia bizantina. Se representa a la Virgen entronizada como trono de Dios y al Niño como un pequeño Pantocrátor, bendiciendo al mundo. Ambos tienen corona regia del tipo flordelisada, ella como la Reina del cielo. La Virgen está sentada sobre un banquillo sin respaldo con lados moldurados y dorados. Lleva al niño sobre su rodilla izquierda quien apoya sus pies en la derecha. Las extremidades las tiene junto al cuerpo, solo eleva la mano derecha, en la que sostiene un pequeño bulto redondo que podría corresponder a la manzana, el fruto del Paraíso. Ambas figuras están cubiertas con vestimenta de color rojo y el manto de la Virgen es de color azul.
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