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Patrimonio cultural inmaterial
(138 resultados)
Elementos representativos de los patrimonios de las comunidades que habitan el territorio.
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Corresponde a aquellos usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que los colectivos, grupos o personas reconocen como su patrimonio cultural y se transmiten de generación en generación. En 2008 Chile ratificó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (Unesco, 2003), reflejo del compromiso estatal por fortalecer una comprensión más amplia de este acervo.
El Registro del Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile responde a las indicaciones que la convención hace a cada Estado Parte. Por ello, enumera y describe los patrimonios culturales inmateriales de las comunidades que habitan el territorio nacional y/o se encuentran en riesgo.
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Trenzadoras y trenzadores de paja de trigo Ligún de la localidad de Cutemu y alrededores en la comuna de Paredones, Región de O’Higgins
El trenzado de paja de trigo ligún es una técnica artesanal que se des...
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Recolección y ruta del cochayuyo desde los sectores Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta Temuco
Se trata de la trayectoria que realizan núcleos familiares desde las p...
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Recolección y ruta del cochayuyo desde los sectores Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta Temuco
Se trata de la trayectoria que realizan núcleos familiares desde las p...
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Recolección y ruta del cochayuyo desde los sectores Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta Temuco
Se trata de la trayectoria que realizan núcleos familiares desde las p...
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Técnicas y Saberes asociados a la preparación del pan minero de Lota
La elaboración del pan minero es una preparación que identifica a la c...
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Alfarería de la Quebrada de las Ulloa
En la “Quebrada de las Ulloa”, en la comuna de Florida, provincia de C...
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Conocimientos y técnicas de los alfareras y alfareros de Santiago Río Grande
La alfarería de Santiago Río Grande es un conjunto de saberes y técnic...
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y ...
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Pasacalles devocionales de la cultura chilota
Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musica...
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y ...
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y ...
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Carpintería de ribera en Magallanes
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Carpintería de ribera en Magallanes
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Trenzadoras y trenzadores de paja de trigo Ligún de la localidad de Cutemu y alrededores en la comuna de Paredones, Región de O’Higgins
El trenzado de paja de trigo ligún es una técnica artesanal que se desarrolla hace más de 200 años. La trenza es la materia prima para realizar sombreros, chupallas, adornos,cinturones, entre otras piezas que son parte de la vestimenta y que da cuenta del modo de vida campesino de la zona central de Chile.Actualmente este tipo de técnica de trenzado solo se desarrolla en la zona sur de la comuna de Paredones, en la región de O’Higgins, especialmente en la localidad de Cutemu y en los sectores aledaños. Si bien algunos procesos como la siembra y la cosecha en general son realizados por hombres, el trenzado es una actividad que realizan tanto mujeres como hombres.Dado que el uso de los atuendos campesinos se ha reducido, la demanda de la trenza ha disminuido, ocasionando una baja en la siembra de esta materia prima que ha sido reemplazada por monocultivos de orden industrial. Esto ha tenido como consecuencia la desvalorización del trigo ligún y su trenza, sumado a bajos ingresos económicos de su comunidad.Sin embargo, pese a las dificultades, la comunidad cultora mantiene los sentidos y usos sociales de esta técnica artesanal, vendiendo su producción para que artesanos/as y diseñadores/as produzcan piezas. Además, algunas de las artesanas han innovado en la producción de nuevas piezas artesanales que les ha permitido mantener vigente esta tradición y obtener reconocimientos a nivel nacional.
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Recolección y ruta del cochayuyo desde los sectores Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta Temuco
Se trata de la trayectoria que realizan núcleos familiares desde las playas Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta la ciudad de Temuco, quienes comercializan al detalle el cochayuyo que ellos mismos recolectan de orilla. Es un viaje de 17 días de a pie y el cochayuyo en carretas tiradas por bueyes.En cuanto a su ubicación geográfica en ruta, se encuentran las comunas de Carahue, Nueva Imperial y Temuco, además de otras localidades históricas y emergentes. La recolección implica un trabajo colectivo que realizan las familias completas entre los meses de octubre y abril, donde buzos tienen la labor de sacar el alga desde el mar, y es la marea que se encarga de tirar hasta la orilla. La comunidad se compone de, aproximadamente, 30 familias y 20 carretas. En varios casos hay más de una carreta por familia y también se da la situación que las mismas familias le entregan a otras su recolección del cochayuyo para su comercialización en acuerdo.Esta actividad se realiza todos los años, ya que tiene alto sentido de pertenencia entre la comunidad cultora y existen formas de transmisión naturales y cotidianas de los conocimientos que involucra la práctica: buzos, recolección, empaquetadura, comercialización, doma de animales, construcción de carretas, entre otros.
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Recolección y ruta del cochayuyo desde los sectores Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta Temuco
Se trata de la trayectoria que realizan núcleos familiares desde las playas Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta la ciudad de Temuco, quienes comercializan al detalle el cochayuyo que ellos mismos recolectan de orilla. Es un viaje de 17 días de a pie y el cochayuyo en carretas tiradas por bueyes.En cuanto a su ubicación geográfica en ruta, se encuentran las comunas de Carahue, Nueva Imperial y Temuco, además de otras localidades históricas y emergentes. La recolección implica un trabajo colectivo que realizan las familias completas entre los meses de octubre y abril, donde buzos tienen la labor de sacar el alga desde el mar, y es la marea que se encarga de tirar hasta la orilla. La comunidad se compone de, aproximadamente, 30 familias y 20 carretas. En varios casos hay más de una carreta por familia y también se da la situación que las mismas familias le entregan a otras su recolección del cochayuyo para su comercialización en acuerdo.Esta actividad se realiza todos los años, ya que tiene alto sentido de pertenencia entre la comunidad cultora y existen formas de transmisión naturales y cotidianas de los conocimientos que involucra la práctica: buzos, recolección, empaquetadura, comercialización, doma de animales, construcción de carretas, entre otros.
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Recolección y ruta del cochayuyo desde los sectores Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta Temuco
Se trata de la trayectoria que realizan núcleos familiares desde las playas Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta la ciudad de Temuco, quienes comercializan al detalle el cochayuyo que ellos mismos recolectan de orilla. Es un viaje de 17 días de a pie y el cochayuyo en carretas tiradas por bueyes.En cuanto a su ubicación geográfica en ruta, se encuentran las comunas de Carahue, Nueva Imperial y Temuco, además de otras localidades históricas y emergentes. La recolección implica un trabajo colectivo que realizan las familias completas entre los meses de octubre y abril, donde buzos tienen la labor de sacar el alga desde el mar, y es la marea que se encarga de tirar hasta la orilla. La comunidad se compone de, aproximadamente, 30 familias y 20 carretas. En varios casos hay más de una carreta por familia y también se da la situación que las mismas familias le entregan a otras su recolección del cochayuyo para su comercialización en acuerdo.Esta actividad se realiza todos los años, ya que tiene alto sentido de pertenencia entre la comunidad cultora y existen formas de transmisión naturales y cotidianas de los conocimientos que involucra la práctica: buzos, recolección, empaquetadura, comercialización, doma de animales, construcción de carretas, entre otros.
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Técnicas y Saberes asociados a la preparación del pan minero de Lota
La elaboración del pan minero es una preparación que identifica a la comuna de Lota, ubicada en la región del Biobío. Esta preparación del pan se caracteriza por ser una actividad colaborativa entre las vecinas e integrantes de las familias de cada una de ellas que ha sido transmitida de generación en generación desde comienzos del siglo pasado, donde la masa se elabora en las casas y su cocción, principal particularidad, es en horno de barro y ladrillos refractarios comunitarios. La elaboración del pan minero de Lota nace desde la necesidad de alimentar a las familias lotinas, que hasta hace poco tiempo se caracterizaban por ser numerosas y, por tanto, hacer pan de manera colaborativa entre las vecinas, les permitía disminuir costos, al compartir la leña y el uso del horno, transformándose en una tradición hasta el día de hoy.Actualmente, esta tradición persiste gracias a que su elaboración cumple con dos roles; por un lado, hay cultoras que lo asumieron como una forma de sustentar a sus familias desde una visión comercial, ofreciendo este producto en varios sectores de la comuna, principalmente en la feria libre de Lota; mientras que, por otro lado, continúa siendo un elemento fundamental de alimentación para las familias de la comunidad lotina.
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Alfarería de la Quebrada de las Ulloa
En la “Quebrada de las Ulloa”, en la comuna de Florida, provincia de Concepción, región del Biobío, habita una comunidad de artesanas alfareras que guarda una técnica tradicional aprendida de madres y abuelas, un saber femenino que representa el imaginario de las campesinas y su entorno. Las cultoras han dado forma jurídica a su comunidad a través de una agrupación compuesta de 17 mujeres familiares entre sí, con el interés de trabajar de forma coordinada la alfarería tradicional resguardando su patrimonio, para elaborar pedidos, quemar piezas y facilitar la participación en ferias o exhibiciones mejorando ventas. La técnica alfarera de esta comunidad se funde con la vida campesina, la recolección, cuidado de los hijos y el trueque, que inicialmente era la única forma de enriquecer la economía familiar. Antiguamente realizaban viajes en carreta con sus padres a vender carbón y las piezas cerámicas a las localidades cercanas, en donde se cambiaba una por una fuente de legumbres o cereales. Hoy el trueque se da en menor medida, enfocándose principalmente en la venta de sus piezas.Actualmente, confeccionan productos que guardan la tradición cultural e identidad del mundo campesino y agrícola de la zona, se reúnen regularmente a trabajar la cerámica, coordinando el saber y el sentir como comunidad, haciendo parte a las y los niños de la misma de este espacio femenino. Las piezas que elaboran tienen carácter utilitario y ornamental, para el hogar y para venta. Destacan pailas, ollas y fuentes y otros ornamentales con características antropomorfas o mixtas.
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Conocimientos y técnicas de los alfareras y alfareros de Santiago Río Grande
La alfarería de Santiago Río Grande es un conjunto de saberes y técnicas de larga data en el territorio Licanantay de la región de Antofagasta y cuya vinculación con Santiago de Río Grande y sus alrededores le entrega un acervo cultural que le infunde el simbolismo de los usos sociales y rituales que emergen de los valores andinos.Las labores que abarca involucran la recolección del material de lugares específicos -muchas veces en estado “seco”-, su limpieza, la confección de las piezas incluyendo modelados manuales, pulidos y decorados para finalizar con la cocción cuya forma tradicional es con costras de guano. Cada uno de los pasos es ejecutado con ritos y agradecimientos a la tierra, expresando un universo simbólico de relación con la naturaleza caracterizado por el respeto y la reciprocidad.Las piezas principales son objetos ceremoniales (como cántaros chicheros) y otros de uso cotidiano (platos, tazas, entre otros), aunque la creación también deja espacio para la innovación e inventiva de cada cultora y cultor, abriéndose a la producción decorativa y turística.La recolección de barro se realiza en distintas vetas del territorio, reconociendo las características particulares de cada uno, como los distintos colores (algunos son más claros que otros, hay negros, cafés y rojizos), presencia de polvos metálicos como el oropel, texturas, entre otras cualidades constituyendo un saber del entorno natural que cuidan con recelo. Santiago de Río Grande se caracterizó por ser pueblo alfarero en el sector de Atacama, per
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
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Pasacalles devocionales de la cultura chilota
Las Bandas de Pasacalles de la cultura chilota son agrupaciones musicales compuestas por feligreses del pueblo y de otros lugares que se reúnen para la celebración de las fiestas patronales de cada comunidad. Esta manifestación social y musical pertenece a la tradición cristiana, expresándose al interior de diversas localidades del área cultural de Chiloé desde la Región de Los Lagos hasta la Patagonia chilena y argentina. Las integran, hombres y mujeres de distintas edades, quienes son convocados por las instituciones comunitarias religiosas que de cada fiesta.Las bandas de pasacalles se originan con la llegada hispana al continente. Desde Europa viajaron músicos, trayendo melodías religiosas, marchas militares y el canto popular. Su origen no es tan claro, al menos, sabemos de la influencia religiosa y militar. A través de la evangelización católica (siglo XVI) y la instalación de las misiones en la Provincia de Chiloé, a cargo de los Jesuitas y los Franciscanos quienes introducen la música y los cánticos durante la Misión Circular de Chiloé (periplo anual donde los misioneros circulaban de pueblo en pueblo realizando la evangelización dejando a sus paso la enseñanza y la tarea en manos de las comunidades hasta la visita del próximo año). Desde lo militar, existe una relación toda vez que en las bandas de pasacalles se han utilizado los mismos instrumentos de las bandas militares, ejerciendo en ambos casos el rol de aviso sonoro, para las milicias para los efectos de avisar del combate o peligro, mientras que en el ámbito de lo religioso, para el anuncio de la fiesta del pueblo. El “Pasacalle” es música sin texto, que a lo largo de las décadas ha ido variando en la composición de los instrumentos. La música tiene una base rítmica compuesta por instrumentos de percusión: bombo o tambor, caja chica o redoblante y quijada. La base melódica está a cargo del acordeón y la guitarra española. Desde la primera parte del siglo XX la comunidad se apropia e integra el acordeón, quién toma protagonismo en detrimento de flautas y violines que casi han desapareciendo de las procesiones. Muchos de estos instrumentos eran confeccionados de manera artesanal y hoy son comprados en el comercio. No existe un modelo único de Banda, en tanto que la presencia de tipos de instrumentos, dependerán de los que estén disponibles en la comunidad y de los músicos convocados.El Pasacalle como pieza musical tiene variaciones en las melodías según localidades. En Calbuco y Puerto Montt, las variaciones están en el ritmo, pues la melodía es una sola. En Archipiélago de Chiloé, se aprecia una reducción del repertorio melódico, acentuando la influencia del pasacalle típico de la Fiesta del Nazareno de Caguach. Las Bandas de Pasacalles cumplen un rol fundamental en el ánimo de las fiestas de cada pueblo, son la sonoridad y alegría durante las procesiones en simultaneidad con el rezo de los gozos y el repique de las campanas de la Iglesia.
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
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Circo tradicional en Chile
El Circo Tradicional en Chile, es una práctica de carácter nacional y se describe como un arte que da cuenta de una identidad propia con gran variedad conocimientos, técnicas, prácticas y tradiciones transmitidos por más de 200 años en el país. Este modo de vida, asociado a un arte del espectáculo, aun cuando itinera casi todo el año por el territorio, cuenta con una comunidad con una fuerte pertenencia y cohesión, que conforma un espacio cultural único, móvil y dinámico arraigado a la tradición y a la estructura familiar. El Circo Tradicional se estructura en una espacialidad y estética propia, asociada a la carpa, la pista, las casas rodantes y otros aspectos materiales y simbólicos, en un espacio donde coexisten la función y la vida cotidiana, siendo un espacio cultural trashumante.La práctica se encuentra plenamente vigente, está absolutamente legitimada en el pueblo y resguardada por su comunidad cultora. La comunidad se corresponde con una red de parentesco integrada por clanes familiares, los que pueden conformarse por: familias circenses por derecho propio; quienes no siendo de familias de circo, se emparejan con un(a) circense y por “las cacerolas nuevas”, quienes llegan a ser circenses cuando son parte de la práctica, honran la profesión, respetan la pista y las reglas de esta comunidad. Dentro de los clanes se tiene una alta valoración y respeto por la sabiduría y experiencia de los mayores. La práctica circense se realiza en forma colectiva, ya que la función y el modo de vida se entienden como una experiencia sistémica, aunque también se reconocen prácticas individuales, asociadas a oficios y saberes específicos. Las y los circenses son multifuncionales y van cambiando de oficio según la edad. En la comunidad circense hay hombres, mujeres, niñas y niños, quienes realizan la práctica desde temprana edad, asumiendo roles de acuerdo a sus habilidades y vocación. Por ello, en general no hay roles asociados a sexo o edad, más bien se dan por aptitudes, preferencias, capacidades, etc. solo se pueden distinguir “preferencias” no excluyentes, como los magos o payasos, mayormente hombres; o contorsionistas y ballet aéreo, principalmente mujeres. El desarrollo natural al dejar la pista es desempeñarse en labores menos exigentes en términos físicos. Se estima que existen en Chile sobre 6.000 personas parte de esta comunidad, lo que considera a quienes se presentan tanto en la pista como fuera de ésta. La transmisión se da de manera oral, mimética y práctica, en el día a día a través de la identidad y el modo de vida circense. Niños y niñas viven una serie de ritos asociados a su relación con el circo: a poco de nacidos, realizan la “entrada ala pista” o su presentación al circo; cerca de los 5 años realizan el “debut”, su primera presentación en la pista. El traspaso es intergeneracional por linajes familiares y en formato maestro-aprendiz. Existen variados oficios y hay familias que se identifican con algunas disciplinas específicas: acróbatas, trapecistas, malabaristas, ciclistas, payasos, etc. Esto no limita poder aprender una disciplina con maestros de otros circos.
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